Heridas emocionales de la infancia

Quiero resumir en dos imágenes la esencia de las heridas emocionales de la infancia. Estas pueden permanecer de adult@s si no las hemos ido cuidando y dándoles mimos, amor y cuidados. ❤️‍🩹

Y me decido a hacerlo en un momento en que nuestra vulnerabilidad está a flor de piel, ante las circunstancias que vivimos. ‼️

Nuestras heridas se abren en momentos de estrés e incertidumbre. Aprender a cuidarnos en este momento es esencial.🙏

Pensar y sentir

Pensar y sentir1.001Pensar y sentir están íntima y estrechamente conectados. Los separamos para nombrarlos pero no existen el uno sin el otro, aunque en ocasiones nos esforcemos en bloquear nuestras emociones o en parar nuestros pensamientos. Los separamos para sobrevivir pero eso nos resta vida.

Pensar y sentir a menudo están en guerra pero podemos reconciliarlos. A experimentar lo que sucede en nuestro interior en su totalidad.

Adicciones cotidianas

dependientes de los artificios.001Nos hemos inventado los spas para relajarnos
Los retiros para conectar con el silencio
Las excursiones para ir a la naturaleza
El cine, la tele, los videojuegos (etc) para entretenernos.
Las tecnologías para comunicarnos.
El porno para excitarnos.
El turismo para descubrir sitios nuevos.
Las vacaciones para descansar.

Y todo eso está bien. Sin embargo, la naturaleza, el silencio, el humor, la comunidad, los cuentos, el goce, el deseo, la lentitud, la aventura, el descanso …todo eso ya existía. Hemos tenido que inventarnos todas esas cosas para darnos el permiso de acceder a ello.  Da que pensar…

Aceptación de uno mismo

Tu autoestima puede subir o estar «por las nubes», si:

– Eres guapo/a.
– Eres bueno en tu profesión.
– Eres popular/líder/gracioso/carismático en tu grupo de amigos.
– Tienes un piso espectacular, un coche todoterreno, un/a novio/a envidiable.
– ……..

¿Pero qué pasa cuando ese castillito tan bien construido se tambalea? Hace falta mucho control y esfuerzo para mantener una estructura «perfecta». Inevitablemente un día estaremos «feos», cometeremos errores, estaremos poco inspirados, seremos aburridos….

A nuestro ego le encanta hacer cosas, tener resultados porque eso se premia, da aceptación social, estatus y reconocimiento. Pero nuestro ser más interno (llamémosle «alma») solo quiere que le dejemos respirar, que le demos tregüa, que le permitamos fluir y relajarse en lo que es. Esa es la aceptación real de uno mismo.

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Necesidades reales vs inventadas

Una cosa es lo que realmente necesitamos (ver, experimentar, vivir) y la otra lo que creemos necesitar. Esto a menudo difiere de nuestros planes previstos pero estamos tan confundidos que no sabemos verlo.

Cuando la vida te trae algo opuesto a lo que creías necesitar o te sigue trayendo lo mismo, míralo como una oportunidad para vivirlo y experimentarlo de un modo distinto al de siempre.

¿Quizás haya ahí alguna oportunidad que no has sabido coger antes?

 

Necesidade.001

Hacer magia y emprender

Hacemos magia cuando damos color y forma a nuestra realidad. Cuando como humanos mortales que somos, confiamos en nuestra capacidad creadora y emprendemos, amamos, construimos, diseñamos, arriesgamos, saltamos….

¿Qué es la magia para cada uno?

Para mi hacer magia es dar a la cotidianeidad un toque de imaginación, creatividad e ilusión. Y seguir construyendo e ingeniándomelas para que cada día sea único. Hacer magia y emprender es lo mismo.

Eso es VIDA. Lo demás….es supervivencia.

¡Os deseo a tod@s un feliz inicio de curso escolar!
¡A por septiembre!

 

Sin título

Fluir con los cambios

Con el tiempo y mi camino como persona y terapeuta, la vida me muestra como cambios internos inevitablemente dan pie a cambios externos. Difícilmente se mueven cosas en nuestra vida o incluso conseguimos algo material (y menos lo podemos mantener en el tiempo), si no ha habido un cambio interior en esa faceta de vida o situación.

En ocasiones también ocurren cambios externos (a menudo cambios que consideramos desagradables) que nos invitan a esa transformación, que nos alentan a parar y observar.

El verano es un momento de expansión para luego entrar en el otoño. La vida como las estaciones es cambio y es inútil resistirnos a ese fluir de la vida.

¡Os deseo desde aquí un feliz verano y volvemos a estar por aquí a inicios de septiembre!

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La vida vs nuestros planes mentales

A menudo libramos una batalla abierta entre lo que la vida nos ofrece y lo que querríamos que la vida nos ofreciera.
¿Te has parado a pensar cómo sería si abandonaras esa lucha?

Sufrimos cuando intentamos que la vida sea diferente de lo que es. Cuando nuestros planes mentales, lo que habíamos imaginado, lo que deseamos o queremos choca con la realidad y continuamos empeñados en cambiarla.

Actuar y caminar hacia nuestros propósitos no es incompatible con estar abiertos a que lleguen de otro modo o en otro momento. La vida es más inteligente que nosotros y siempre tiene el plan perfecto para que estemos donde tenemos que estar y vivamos lo que tenemos que vivir.

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¿Rapidez o Prisa?

El otro día, en un programa de radio, Antonio Jorge Larruy distinguía entre la Rapidez y la Prisa. Con su comparación, supo sintetizar algo que me ha inspirado a hacer este post.

Y es que, una cosa es realizar las acciones de nuestro día a día de manera ágil, centrada y despierta (RAPIDEZ)

Y la otra es movernos en nuestro día a día desde la alerta, con ese mecanismo activado del miedo a «no lo acabaré», «no llegaré»… (PRISA)

La PRISA es la presión que nos ponemos para ser más efectivos, rendir más y en definitiva, controlar la RAPIDEZ. Y en ese intento de controlar la rapidez, así nos va.

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La impaciencia

Revisar el camino en busca de resultados, entorpece el camino y enlecente el aprendizaje. La impaciencia es buscar maneras de saltarnos, aquello que necesitamos experimentar para crecer. Cada vez que tengas prisa, pregúntate: ¿Qué estoy evitando experimentar? ¿El miedo, la incertidumbre, un possible error…?

Había un cuento zen que decía:

– Maestro, si me esfuerzo ¿Cuánto tiempo tardaré en iluminarme?
– Diez años, responde el Maestro.
– Pero….¿Y si le pongo más empeño, constancia, esfuerzo, que el resto de discípulos? entonces ¿Cuánto tardaré?
– Entonces, veinte años.
– ¡¿Cómo puede ser eso Maestro?!
– Te lo explicaré. Mientras tengas un ojo puesto en la meta, solo te quedará un ojo para el aprendizaje. 

* Cuento clásico extraído de Vivir en Abundancia de Sergio Fernández.Impaciencia.001